Thursday, June 19, 2008

No hay que sorprenderse

Vionesti es un pequeño poblado al oeste de Rumania donde el domingo pasado ganó la elección para alcalde Neculai Ivascu, a pesar de haber muerto la mañana de ese mismo día.

Un añejo problema con el hígado, terminó con la vida del político que buscaba su reelección tras 18 años años en el cargo; la noticia del deceso se hizo saber durante la jornada electoral en la que salió triunfante.

Sólo por 23 votos superó a su contrincante, y se dice que muchos de los votantes concurrieron a las urnas después de enterarse de la noticia tratando de evitar que su oponente ocupará el cargo vacante. Sin embargo, la Oficina Electoral Central (BEC por sus siglas en rumano) ha nombrado ganador al principal competidor, aunque el partido de filiación del difunto apelará la decisión.

Habrá quien se sorprenda ante esta situación , pero no hay que olvidar que durante muchos años nuestros co-nacionales muertos han elegido presidente, cobrado pensiones, contraído matrimonio e incluso cerrado jugosos negocios aéreos de cargas de sustancias ilegales.