Tienes una línea telefónica residencial con todos los servicios digitales más el buzón de voz telmex, dos celulares, un nextel, cuatro cuentas de correo electrónico, messenger, tres extensiones en el trabajo, dos palomas mensajeras y seis ratones que cantan cuando te da por practicar macramé ; y por qué demonios cuando intentas comunicarte con alguien es simplemente imposible.
Por supuesto, existe la posibilidad de que esa persona no quiera hablar contigo pero en caso contrario, ¿es justo que compliquemos tanto nuestra vida atándonos a toda hora?
A poco no es odiosa la voz de la señorita con forma de máquina que nos indica que desviará la llamada al buzón, o que tal, cuando ya te terminaste tu crédito, la gangosa de los teléfonos públicos que indica que para completar la llamada debes darle tres vueltas a la Basílica y apretarte los pezones hasta que sangren.
Lo cierto es que era más fácil en otros tiempos, cuando te sonaba el tono de ocupado o llamaba sin respuesta, simplemente te resignabas e intentabas en otro momento, en vez de frustrarte hasta que alguno de los 27 medios que tienes para contactar a quien andas buscando resulte. Por lo pronto, yo ya abandoné el celular para hacer mi vida más tranquila y volver a ser dueño de mi invaluable tiempo.
Si no te contesta no te apures, a lo mejor el universo está aplicándote la infalible Ley de Murphy.
