Tuesday, May 20, 2008

La lujuria y yo

¿Cuántas veces piensas en sexo al día? Yo no puedo contarlas pero calculo que se aproximan a la veces que respiro en 24 años.

La culpa es de la idea rara del erotismo que Azcárraga Milmo difundió durante su periodo en la dirección de Televisa. No es que me excite viendo a Silvia Pasquel con Eduardo Yañez o algo parecido, ni con los portafolios de para señoras caldufas de Tvnotas, sino que mi líbido tiene un detonador visual.

No se me hace raro, puesto que pareciera que no tenemos los otros cuatros sentidos. Es evidente que no podemos empezar a calentar motores sólo tocándonos, ¿verdad? Imagínate como saldríamos del metro; pero es indudable que evocar el rocé de la piel de nuestro objeto afectivo puede más que la revista más sucia de las que edita Hugh Hefner.

A veces un olor puede transportarnos a un momento único, y me estoy refiriendo a olores corporales y cosas que en cualquier otro momento nos generaría nauseas, o que tal recordar con la crema chantilly de tu sundae con topping de cereza de Mcdonalds la vez que tú y tu novio se pusieron juguetones.

¿Y el sexo telefónico? los estudiosos lo llaman escatofilia, y consiste en llegar al clímax teniendo como fetiche las palabras.

Y hasta aquí el libro práctico del sexo, para más información no dejen de consultar el kamasutra.