Thursday, April 24, 2008

Mi vida como japonés

Existen teorías que aseguran que los primeros pobladores de Ámerica vinieron de Asia; cruzaron por el estrecho de Bering que separa apenas por unos kilómetros a Corea y Alaska.

Un argumento a favor son los ojos rasgados y, en general, la fisonomía de los esquimales tan similares a los asiáticos; tampoco hay que dejar de lado a los llamados "pieles rojas" e incluso a los pueblos prehispánicos quienes presentan, también, está característica en sus ojos.

Justo ahí, es donde ubico el origen de que en múltiples ocasiones se me haya confundido con japonés. No es algo que me preocupe, pero me resulta curioso que, aún cuando yo no lo noto, gente diferente en distintos lugares haya alumbrado está idea.

La primera vez que escuché de mi supuesto origen oriental fue en la universidad. Yo estudiaba italiano y se procuraba que sólo utilizaramos esa lengua dentro del aula; eso dio motivo para que un compañero pensara que yo era estudiante de intercambio. Debo admitir que me sorprendí cuando me di cuenta de que no sabía cómo dirigirse a mí puesto que, era evidente, él no hablaba japonés.

En otra ocasión, cuando las vacas no eran tan flacas, por alguna extraña razón entré al teatro a ver "Drácula. El musical" en Nueva York, llegué unos 15 minutos antes del inicio y, como mi asiento era en la orilla, el acomodador constantemente me pedía permiso; después de la cuarta vez que lo dejé pasar, a manera de agradecimiento, empezó a decir "Nipón, Nipón". A mi medio inglés de entonces le hice entender que nací de este lado del Pacífico.

De más está decir qué pasó cuando se hizo famoso el actor que interpreta a Hiro Nakamura.

A manera de resignación, estoy empezando a utilizar palillos para comer y todos lo días sin falta a las 10:00 hrs, tomo un receso en mi trabajo para subir a la azotea a hacer ejercicio, no vaya a ser que el día de mañana mi verdadera familia aparezca reclamando me haga cargo de la dirección del corporativo internacional de tecnología informática que me heredarán.