Monday, April 28, 2008

Adiós cartelera, adiós

Una de las ventajas de que el mundo sea cada vez más pequeño es la cantidad de información que manejamos. Cada día nos enteramos de sucesos pertinentes a latitudes tan lejanas, que ni siquiera Marco Polo se hubiera atrevido a imaginar.
Así, somos testigos de la presentación del inmediato best seller mundial de Salmán Rushdie, los antiguos romances de un ex-canciller neozelandés o de que número compra sus babuchas Mamá Lena, en fin cosas que no afectan nuestro diario recorrido por este valle de lágrimas.
Sin embargo este exceso de información en la cinematografía genera, en los cinéfilos frustrados como yo, al menos dos efectos claros. El primero es un aumento desmedido de la memoria puesto que, con un afán capitalista acumulativo, coleccionamos y clasificamos nombres de casts & crews a diestra siniestra; Charrito Domínguez y Juana "La Pioja" no tienen caché ante los elegantes e impronunciables apellidos de cineastas originarios del extremo sur del noreste de la capital de algún país miembro de la ex Unión Soviética.
El segundo corresponde a lo me he dado la tarea de calificar como el "Síndrome del Guajolote Correlón", cuyos síntomas consisten en la repentina aparición de piedras en los riñones, callos en los pies y la humidificación de los ojos, todo esto acompañado de alaridos marca "Amanda Miguel", que se presenta cuando caes en la cuenta de tooodo lo que nunca tendrá corrida comercial en nuestro Mexiquito y/o las pelis que ya se te fueron de cartelera porque a la cadena de exhibición se le hizo prioridad tener cuatro salas con la más reciente cinta de muñequitos que está por cumplir dos meses de "éxito sin precedentes".
¿El remedio? Esperar a que salga en dvd (si algún día sale), o cruzar los dedos para que en tu próximo viaje en metro producciones "el gallito feliz" haya sacado a la venta una retrospectiva de la obra completa de Jim Jarmusch por la módica cantidad de 10 pesos.