Se dice que debes ser hombre, heterosexual, de tez blanca, protestante de religión, tener entre 20 y 40 años, ser de clase media alta o alta y anglo hablante, para no estar expuesto a sufrir ningún tipo de discriminación.
Como sabrán yo no cumplo con esta lista de características, pero son pocas la veces que me siento discriminado puesto que mi entereza y buen juicio me ayudan a ponerme a tono casi con cualquier situación; sin embargo me parece notorio que recientemente me sentí discriminado por el hecho de ser hombre.
Así como lo oyes, ya Michael Moore expuso las razones por las que la madre naturaleza trata de eliminar al género masculino de la faz de la tierra en su libro Estúpidos hombres blancos, pero pareciera que el gobierno de la ciudad se ha unido a la natural cruzada.
Déjame hacerte el cuento largo. Después de una larga jornada de trabajo seguida por una intensiva sesión de masaje corporal en el consabido Sistema de transporte colectivo metro, me encontraba esperando pacientemente el autobús RTP (hasta donde ha llegado la crisis), después de varios minutos a lo lejos alcancé a vislumbrar una unidad gracias a su fulgurante color.
Emocionado, pues al fin podría continuar el camino a casa, prepare mi dedo para hacerle la parada (perdón, la señal de parada) al conductor, cuando la unidad siguió su curso sin disimulo caí en la cuenta de que era un autobús exclusivo para mujeres y que en él viajaban tan solo cuatro féminas.
Pasados 15 minutos, por fin apareció el anhelado transporte que me conduciría a un punto cercano a mi lecho, imagina el entripado cuasi detonante de diarrea y aneurisma, que experimenté cuando alcancé a contar más de una veintena de mujeres en el atestado camión.
Desde ese momento empecé a pensar en como somos vejados los hombres en nuestros derechos en este matriarcado encubierto que es la sociedad mexicana, y he llegado a una conclusión: El macho mexicano es sólo un mito que ayudar a perpetuar la ventajosa relación de Eva sobre Adán.
Piénsalo bien, ¿cuándo ha habido un día para celebrar al hombre por el simple hecho de ser hombre como el 8 de marzo para la mujer?, ¿hay acaso un instituto de los hombres? Vamos, hasta hace poco no se aceptaban las denuncias de maltrato intrafamiliar cuando un hombre era quien denunciaba.
Y lo peor es que nadie parece darse cuenta, es un chiste la equidad de sexos puesto que las mujeres esperan que un hombre cumpla con la obligaciones que les han sido impuestas mientras las "ignominiosas" actividades que implicaban el ser mujer han tenido que repartirse...
Entretanto en tu próxima cita deja que ella pague la cuenta, que te abra la puerta del carro o que te lleve a tu casa... Adivina quien no cenará.
